Cuando el espacio es reducido, la creatividad y la planificación lo son todo. Este proyecto demuestra cómo un departamento de apenas 40 metros cuadrados puede transformarse en un hogar moderno, cómodo y lleno de personalidad.
Mediante el uso de mobiliario multifuncional, colores claros, soluciones verticales y luz natural, el espacio se amplía visualmente y gana en funcionalidad. Las zonas comunes se integran para ofrecer amplitud y una mejor circulación, mientras que cada rincón se aprovecha con una intención clara: hacer más con menos.
Uno de los aspectos más destacados de esta transformación fue la creación de espacios delimitados sin muros, utilizando divisores visuales como estanterías abiertas, cambios en los revestimientos del suelo o iluminación sectorizada. Esto permite separar ambientes sin comprometer la sensación de amplitud.
También se incorporaron muebles a medida que cumplen varias funciones, como camas con cajones ocultos, mesas abatibles y armarios que llegan hasta el techo. Todo pensado para maximizar el almacenamiento sin sobrecargar visualmente.
Esta renovación no solo mejora la estética, sino que aporta soluciones reales a los desafíos cotidianos de vivir en espacios compactos. Con planificación y buen gusto, cualquier vivienda pequeña puede convertirse en un lugar inspirador.