Pintar las paredes parece una de las tareas más simples de remodelación, pero un mal procedimiento puede arruinar el resultado final. Uno de los errores más comunes es no preparar correctamente la superficie, lo que provoca que la pintura no se adhiera bien o se desprenda con facilidad.
Otro fallo frecuente es elegir el color sin probarlo antes en el espacio real. La luz natural y artificial puede cambiar drásticamente el tono, haciendo que el resultado final no sea el esperado.
También es importante utilizar las herramientas adecuadas: rodillos de buena calidad, brochas correctas y cinta de pintor para evitar bordes irregulares. Saltarse el uso de selladores o imprimaciones es otro error que puede acortar la vida útil del trabajo.
Con una preparación adecuada y los materiales correctos, pintar puede transformar completamente un espacio, dándole un aire renovado y fresco.